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Enseña a tu hijo a pensar bien para sentirse bien.

Enseña a tu hijo a pensar bien para sentirse bien.

Enseña a tu hijo a pensar bien para sentirse bien.

Los pensamientos generan emociones y éstas a su vez generan comportamientos. El orden de ellos puede cambiar, pero lo que es un hecho es que los tres están íntimamente relacionados y cada una influye directamente en el otro, por eso es hemos elegido el título de”Enseña a tu hijo a pensar bien para sentirse bien”.

¿Sabías que en promedio tenemos de 12,000 a 60,000 pensamientos al día? Más del 90% de ellos son negativos.

En diferentes estudios realizados por la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, se encontró que la persona promedio tiene entre 12,000 y 60,000 pensamientos por día. De esos miles de pensamientos, el 80% fueron negativos y el 95% fueron exactamente los mismos pensamientos repetitivos que el día anterior.

Aquí podemos observar claramente la tendencia de nuestra mente en pensar negativamente y en repetir constantemente esos mismos pensamientos.

Estos pensamientos negativos tienen una fuerte influencia en la forma en la que nos sentimos y no solo emocionalmente hablando, si no también físicamente. Incluso hay estudios que revelan que el pensamiento positivo puede alargar la vida. Mira artículo aquí.

Vamos a poner un ejemplo simple. Tienes una cita con tu hermana o tu mejor amiga en un restaurant para desayunar y pasan 40 minutos de la acordada y aún no aparece y no te habla.

¿Qué piensas? Puedes pensar muchas cosas. Una de ellas es: “le pasó algo”… “sí seguro le pasó algo, porque ella llega puntual o ya me habría marcado, etc. etc etc. Y …¿qué pasa ahora? Sientes angustia, te late muy fuerte el corazón, tienes opresión en el pecho, te sudan las manos, sientes ansiedad, preocupación, estrés y entre más pasa el tiempo sin saber de ella se agudizan los síntomas.

Veamos ahora la misma situación desde otro escenario. Lleva 40 minutos de retraso y tú piensas: “Siempre me hace lo mismo, mi tiempo no le importa” “No le importo ni siquiera para tomar el teléfono y avisarme”, “Todo es más importante que yo”, “Si no quería venir, solo debió decírmelo… pero hacerme perder el tiempo, eso no tiene nombre”… ¿Cómo te sientes? Ahora no estás preocupada, estás enojada. Sientes fuego en el pecho, se transforma tu cara, se agudiza tu tono de voz, piensas todo lo que le vas a reclamar cuando la veas, etc. etc. 

Y veamos el último escenario, no llega en 40 minutos y piensas. “Seguro tuvo un contratiempo y no me pudo avisar. Al rato le marco y re-agendamos la cita. En este tiempo puedo aprovechar para avanzar en mis pendientes del día y así termino más rápido”. ¿Cómo te sientes? Relajada, positiva porque puedes aprovechar tu tiempo. Sonríes al mesero. Tu corazón late a ritmo regular, tu cuerpo está en sintonía y tu mente planeando este tiempo que se acaba de liberar.

¿Cual escenario te pareció mejor? ¿Notaste cómo un solo pensamiento derivó en tantas acciones y emociones? Incluso hasta el cuerpo reaccionó en base a las emociones que se experimentaron.

En resumen fue así: un pensamiento generó una emoción y una emoción generó una acción. Esa es la magia y el poder de los pensamientos

En los niños funciona de la misma manera. Sus pensamientos influyen en sus acciones y en la forma en cómo se sienten. Los estudios demuestran que nuestra tendencia humana es a pensar negativamente; sin embargo, también demuestran que esto puede cambiar. 

El cerebro se puede ejercitar, puede aprender y también puede desaprender. 

La forma en la que hablamos y tratamos a nuestros hij@s influye directamente en la forma en la   que se verán así mismos. Los adultos de referencia influimos en la formación de su personalidad.

Walter Riso en su libro titulado “Pensar bien, sentirse bien” afirma que “las teorías o las creencias que hemos elaborado toda la vida sobre nosotros mismos, el mundo y el futuro se adhieren a nuestra psique y las convertimos en verdades absolutas.

Esas creencias que formamos de niños nos acompañarán toda nuestra vida, a menos que hagamos algo para cambiarlas. 

Puedes fomentar en tu hij@ pensamientos positivos que los lleven a sentirse bien. Y no se trata de ser ilusos o extremadamente positivos con pensamientos irreales. Se trata de trata ver el lado positivo que TODAS las cosas tienen. Y lo pongo en mayúscula a propósito. Si lo piensas detenidamente, te darás cuenta que todo tiene su lado positivo pero rara vez lo vemos. 

No se trata tampoco de negar el pensamiento, sino de aprenderlo a usar. Se trata de no quedarte en lo negativo, si no de pasar a lo que sigue, a un pensamiento más positivo. 

Esto requiere entrenamiento constante. Podemos entrenar nuestro propio pensamiento al mismo tiempo que entrenamos el de nuestros hij@s.

¿Cómo entrenar el pensamiento positivo en mi hij@?

Entrenar tu mente y la de tus hij@s para que piensen de forma más positiva requiere trabajo constante. Necesitamos estar atentos a la calidad de pensamientos que generamos para poder hacer cambios en ellos.

Enseña a tu hijo a pensar bien para sentirte bien.
Guía de auto-observación para lograr un cambio de pensamiento.

Aquí te dejaré algunos ejercicios prácticos para ejercitar nuestra mente y la de nuestros niñ@s.

1. Cuida tus palabras.

Las palabras tienen poder pues moldean nuestros pensamientos. Revisa este artículo que te explicará a detalle este tema y además tiene una plantilla en la que pueden practicar lo aprendido. Para verlo da click aquí.

2. Auto-observación

Esta técnica es clave para realizar cambios en tu patrones de pensamiento puesto que para cambiar algo hay que conocerlo primero.

Identifica el tipo de pensamiento que tienes y qué lo está generando para poder hacer los cambios pertinentes.

La siguiente guía que te dejaré es para ti mamá o papá. El objetivo es descubrir tus patrones de pensamientos; ser consciente de las emociones que estos generan y descubrir las raíces de cada uno de ellos.

Puedes dar click en la imagen para descargarla y tenerla a la mano.

3. Entrenando mi pensamiento positivo

Ayuda  a tu niño a pensar bien para sentirse bien aprendiendo a ver el lado bueno de las cosas

Este ejercicio está pensado para niñ@s de 7 a 12 años, aunque pueden realizarlo niñ@s más pequeños con ayuda.

Se trata de enseñar a los niños a pensar desde otro ángulo. Entrenaremos al pensamiento a que también  vea el lado positivo de las cosas.

Descarga tu plantilla aquí.

Nuestra mente puede ser nuestro mayor desafío y obstáculo, pero si aprendemos a entrenarla y hacer que trabaje a nuestro favor, puede ser nuestro mayor aliado, ayudándonos a alcanzar nuevas alturas de desarrollo personal y desempeño laboral.

Los niñ@s tienen mucha más facilidad y disposición al aprendizaje, podemos aprovechar esto y enseñarles desde pequeños a entrenar a su mente a pensar de forma más positiva.

Déjame saber en los comentarios si te ha gustado este artículo y sus ejercicios. Esto me ayudará a saber si comparto más información como esta. Gracias por leerme.

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