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¿Qué hay detrás de un 10?

¿Qué hay detrás de un 10?

¿Qué hay detrás de un 10?

      Por muchas generaciones, el concepto de 10 ha sido muy significativo como medida de aprendizaje o valor como resultados de excelencia, niños que han sido castigados, humillados, alabados y premiados.  Sin dejar de olvidar los maravillosos cuadros de honor que enaltecen  a unos y degradan a otros.  Aún con el paso de los años se siguen utilizando como estrategias de enseñanza para que los niños se motiven al logro. ¿Pero qué tiene de malo usar esas estrategias si los niños luchan para obtenerlos y los padres se sienten orgullosos cuando los demás padres observan y alaban a su hijo por ser el mejor? ¿Realmente es el mejor? ¿Quién lo define? ¿Para qué le sirve en la vida? ¿Qué hay detrás de un 10?

   

Niños estresados por las calificaciones

Recuerdo haber luchado toda mi carrera para obtener el mejor promedio, creí eso me haría feliz, cuando descubro que en realidad lo que buscaba era que mi madre se sintiera orgullosa de mi, fue revelador descubrir que ella lo estaba y me amaba aún sin obtenerlo. Recuerdo ver a mi hija llorar un día porque no obtuvo un diploma en segundo de primaria, después de haberse ganado varios anteriormente, en ese momento pensé que había reforzado tanto el papel, que mi hija se estaba olvidando de disfrutar de aprender, sin olvidar que cada vez que había exámenes se mordía las uñas. También recuerdo escuchar de mi hijo “¿Por qué no recibo diploma si los maestros expresan que soy muy inteligente?, aaah pero ya sé, es que soy inquieto”.

Entonces... ¿Qué hay detrás de un 10?

     En mi profesión como psicóloga he recibido una gran cantidad de casos con niños que asisten con un nivel de estrés elevado principalmente al estar en periodos de exámenes, las reacciones que sus padres tendrán respecto a sus resultados es crucial. La mayoría de los padres dicen “yo no sé por qué actúa así si yo no le exijo “. Es importante que los padres seamos claros con los mensajes que enviamos a nuestros hijos, pues en ocasiones es más fuerte lo que hacemos que lo que decimos. El alabar las calificaciones delante de los demás es reforzar la conducta... y un niño siempre deseará la aceptación y que sus padres se sientan orgullosos.

     Pero, ¿qué pasa con los niños que siempre tienen resultados excelentes hablando numéricamente? En la mayoría de las ocasiones muestran niveles de estrés muy elevados por mantener esos resultados, cargan con la escuela en sus espaldas y con las emociones de alegría de sus padres, en ocasiones incluso, hacen todo lo posible por mantener la etiqueta que se les ha impuesto, basando su autoestima en un 10, en la mayoría de los casos experimentan sentimiento de inutilidad. En algunas ocasiones también enfrentan críticas de los compañeros si no obtienen la calificación excelente.

     Por otro lado, ¿qué pasa con los niños que biológicamente no tienen un coeficiente intelectual alto o bien tienen alguna dificultad para aprender? Pensemos también en esos niños que tienen altas capacidades y que no reciben resultados perfectos (hablando numéricamente), ¿cómo viven esa situación? Cada vez que entreguen diplomas fingirán que quieren ir al baño, les dolerá el estómago para no asistir a la escuela, dejarán de valorar sus logros o se esforzarán a sobremanera para lograrlo, obteniendo el fracaso en muchas ocasiones.

    Es innegable que las escuelas continúan promoviendo este tipo de situaciones; sin embargo, la importancia que nuestros hijos atribuyen a los logros académicos se fundamenta en los principios que inculcamos en el hogar.  Influye también, si dejamos de lado las habilidades que cada niño tiene; así como condicionar el amor basado en un resultado académico; alabar el 10 frente a los demás y premiarlo dejando de lado los valores del esfuerzo, perseverancia, lucha, el aprendizaje del error y la capacidad para mejorar día a día.

Es importante considerar lo siguiente:

  • Evita alabar o castigar cuando se obtiene una calificación específica, cuando obtengas los resultados ayúdalo a que reflexione acerca de su esfuerzo, hábitos de estudio y perseverancia.
    Hablar con tu hijo sobre las calificaciones
  • Utiliza los resultados como medida de avance de manera individual; es decir, sin comparar con otras personas, ni compañeros ni hermanos, respetando la individualidad.
  • Resalta de manera personal sus habilidades y destrezas, sobre todo los valores que requerirá para salir adelante como perseverancia, esfuerzo, responsabilidad y disciplina.
  • Evita mostrarle que te sientes feliz o triste por sus resultados, hazte responsable por tus emociones y permítele que se responsabilice por sus propias acciones.
  • Acompáñalo a hacer una autoevaluación de sí mismo, pueden utilizar las siguientes preguntas: ¿Cómo te sientes respecto a tus calificaciones?¿Crees que requieres trabajar en algo para mejorar?¿De qué manera puedo ayudarte?
  • Acompáñalo para que día a día trabaje con hábitos de estudio, trabajo diario en clase, etc.  así se preparará no solo para un resultado de examen.

     Bien es cierto que el número en una calificación es importante para obtener ciertos grados en experiencias posteriores como entrar a una universidad específica o el acceder a becas. Sin embargo, si preparamos a nuestros hijos para centrarse en sus habilidades y destrezas, así como los valores de esfuerzo, disciplina, lucha y perseverancia, su aprendizaje será más de disfrute, con menos estrés y sus metas y objetivos estarán basados en sus necesidades no en las nuestras, eso ayudará a aprender a hacerse responsables de sus propias decisiones. 

     Finalmente, te invito a revisar el kit de seguridad en internet para niños en edad escolar. Es indispensable si lo que quieres es enseñar a tus hijos el uso correcto del internet y alejarlos de los posibles peligros a los que se pueden enfrentar. Dale las herramientas que necesitan para manejarse de forma segura. 
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Nos vemos en la próxima...