9 claves para que tus hijos tengan buena relación con la comida
9 claves para que tus hijos tengan buena relación con la comida
Te mostramos 9 claves que puedes enseñar a tus hijos a relacionarse correctamente con la comida, evitando así que la tomen como escape emocional y que desarrollen malos hábitos alimenticios que los lleven a padecer obesidad o sobrepeso.
No podemos negar que hay una estrecha relación entre nuestra mente y la forma en la que nos alimentamos. Esta relación se basa principalmente en los hábitos alimentarios que hayamos desarrollado y la razones que nos motivan a comer. Muy pocas personas ven el alimento simplemente como un combustible para su cuerpo. No los culpo, la comida es deliciosa además de variada.
De acuerdo con los nutriólogos dar energía a nuestro cuerpo debería ser la razón principal por la que comemos. Sin embargo, no siempre es así. La verdad es que la comida satisface no solo nuestras necesidad nutricionales si no que muchas veces también satisface necesidades emocionales. Es común que comamos cuando estamos estresados, ansiosos, emocionados, etc.
El comer en exceso se ha convertido en uno de los problemas más serios de estos tiempos ya que está provocando obesidad, la cual genera a su vez muchos otros padecimientos que incluso llevan a la muerte. El panorama es preocupante. Estados Unidos y México ocupan el primer y segundo lugar de países con más obesidad en el mundo según datos de la OCDE, respectivamente.
La razón por la que nos encontramos en esta situación es porque comemos en exceso, es decir, comemos más calorías de la que nuestro cuerpo requiere. Y eso pasa debido a los hábitos alimentarios que hemos desarrollado y por supuesto la relación que tengamos con la comida.
Bueno ahora que hemos revisado la seriedad del tema quiero mencionarte dos aspectos importantes para que tus hijos aprendan a comer sanamente y lleven una vida saludable, de manera que se vacunen contra la obesidad y sobrepeso. El primero es ayudarles a desarrollar buenos hábitos, para ello revisa este artículo sobre cómo lograrlo. Y el segundo, es ayudarles a desarrollar una sana relación con la comida. Para lograrlo te dejamos las siguientes 9 claves.
Claves para ayudar a tu hijo o hija a llevar una buena relación con la comida.
1. Tú decides qué comen tus hijos y ellos deciden cuánto.
Te explico la lógica de este punto. Tú decides qué comen porque tú eres el adulto, tú sabes qué nutrientes necesitan y tú sabes contenerte de comer chatarra y elegir comida saludable. Es responsabilidad de los padres y tutores ofrecer a los niños comida de alto valor nutricional.
Imagínate si fueran los niños los que eligieran qué vamos a comer, creo que en nuestra mesa habría muchos dulces, frituras y comida rápida todos los días. Es lógico, los niños tienen dificultad para aplazar el placer y también para medir el peligro. No alcanzan a entender al 100% que la comida chatarra en exceso nos hace daño. Quizá se pregunten ¿Cómo algo que sabe tan rico puede dañarnos?
La segunda parte y también tiene lógica es que dejemos que los niños decidan la cantidad que quieren comer, puesto que es su cuerpo, ellos saben cuándo están satisfechos y ya no quieren comer más. Es su cuerpo, ellos sienten, ellos saben. Permítele a tus niños decidir cuánto comer, eso les ayudará a aprender a tomar decisiones. Además le permitirá ser congruente con su propio cuerpo cuando llegue la sensación de saciedad.
Una de las razones por las que a alguna mamás no les gusta que sus hijos decidan cuánto comer es porque suelen comer poco a la hora de la comida, pero al cabo de máximo de 3 horas quiere comer de nuevo. Esto es frustrante, pues nos da la sensación de que nos la pasamos en la cocina todo el día.
La mayoría de los nutriólogos recomiendan que comamos 5 comidas al día, 3 comidas fuertes y 2 colaciones, entonces los niños hacen lo correcto. Necesitamos comer frecuentemente para que el metabolismo se mantenga activo y nuestra digestión funcione mejor. En gran parte también es una estrategia para controlar el apetito y evitar atracones.
Si quieres fomentar su independencia y además darte un respiro, enséñales a buscar o preparar su propia colación. Puedes ponerles frutas a su alcance, yogurt en el refrigerador, recipientes con almendras, nueces o cacahuates, barritas de granola, lo que haya en tu casa. La clave es enseñarles dónde están las cosas y qué pueden tomar. Recuérdales que solo debe ser una colación por la mañana y una por la tarde.
2. No le obligues a acabarse toda la comida.
Este punto es continuación del anterior y lo repito para que quede claro, ya que obligar a los niños a comerse toda la comida es una costumbre muy común, especialmente entre las madres latinas. Me incluyo, pues solía tener esa costumbre. Afortunadamente, desde algunos años hice consciente el daño que ocasionaba a mis hijas y paré de hacerlo.
Empecé con el mal hábito desde que tuve a mi primera hija. Todos mis temores se volcaron hacia ella y tenía un miedo enorme de no hacer bien las cosas. Desde muy chiquita, mi hija tenía distintos períodos relacionados a la cantidad de alimento que comía, es decir, a veces parecía tener mucha hambre y comía todo lo que le servía e incluso más. Debo confesar que eso me agradaba, traía muy arraigada la creencia cultural de que si los niños comen mucho crecen sanos.
Sin embargo, en otras ocasiones mi hija no quería comer, era ahí donde se agudizaba mi angustia por el temor a que no obtuviera los nutrimientos necesarios para crecer fuerte y sana. Incluso la llevé varias veces con el pediatra solo para que revisara su talla y peso.
En repetidas ocasiones su pediatra me explicaba que los niños pasan por distintas etapas del desarrollo en las que necesitan mayor o menor requerimiento calórico y esto está directamente relacionado con la cantidad que quieren comer. En otras palabras, hay etapas en las que los niños quieren comer más que en otras, todo depende de lo que su cuerpo necesita y punto.
No es tan grave, pero yo sí hacía un drama por eso y pienso que mucho otros papás y mamás también. Por ello nos encontramos diciendo frases terribles como: “Si no te comes toda la comida no vas a crecer”, “Por cada plato que te comas es un gol que va a meter”, “Si no te comes toda la comida no vas a aprender”, etc, etc.
Lo que nuestros niñ@s aprenden con todo esto es a comer de más, a no obedecer a las señales de su cuerpo cuando éste les avisa que ya están satisfechos. Y es así como se sientan las bases de una mala relación con la comida que en le futuro podría provocar obesidad.
Para tu mayor comodidad te invito a que preguntes a tu pediatra si tu hij@ comerá por sí solo lo que su cuerpo necesita. Claro está que habrá casos muy específicos en el que lo niños requieran cuidados especiales. Consulta al pediatra de tu confianza para aclarar este punto
3. No le sirvas demasiado
Esto parece muy obvio, pero no siempre lo cumplimos. Lo digo por experiencia. Ya sea porque estamos distraídos o porque en el fondo tenemos la creencia que entre más coman más sanos estarán.
Cuando servimos demasiada comida en el plato de los niños aumentamos las probabilidades de que coman en exceso, o bien, al ver que no terminan la comida comiencen a jugar con ella por que ya se cansaron, se aburrieron o se estresaron.
Los niños necesitan aprender a regularse y a evitar desperdicios, una forma de ayudarles con eso es sirviéndoles poca comida. Si quieren más, pueden pedir cuando terminen la primera ración .
4. No lo premies siempre con comida
Aquí quiero hacer énfasis en que este punto no se tome tan literal. No quiero decir que jamás puedan salir a comer para celebrar o regalarle algún dulce si hace algo bien. No me refiero a eso.
Me refiero a que la comida no se convierta en un premio constante o en un recurso para mejorar el estado de ánimo. Si está triste, no trates de hacerlo sentir mejor comiendo algo especial todo el tiempo. No le regales dulces cada vez que quieras premiarlo por algo. Varía los tipos de premios o recompensas que le das. Algunos pueden ser dulces, y otros pueden ser palabras de aliento, o pasar tiempo juntos, una carta, etc..
Si la comida es el premio constante y es la solución para cambiar el estado de ánimo, entonces aprenderá a relacionar a la comida como un relajante, un motivador o un elemento que le produce placer y le hace sentir mejor. Así cuando crezca y necesite sobreponerse a este tipo de situaciones recurrirá a la comida para sentirse mejor.
Esta es una de las razones por las que comemos en exceso, comemos cuando nos sentimos estresados, enojados o tristes para sentirnos mejor. Necesitamos ver la comida como un combustible para nuestro cuerpo y no como la medicina a nuestros problemas o a nuestros estados de ánimo no deseados.
5. Evita apodos relacionados a su físico.
Nada de “gordita”, “flaquito”, “bolita”, “Chaparrito”, etc. Sé que las familias ponen apodos a los niños con mucho cariño, pero déjame recordarte algo: la mente se toma todo literal, no distingue el NO y no sabe de bromas o de apodos. Por lo que esos apodos realmente pueden dañar la autoestima del niño y afectar su forma de comer.
Otro punto que quiero recordarte es que la forma en la que nosotros hablamos a nuestros hijos se hablarán ellos así mismos. El lenguaje con el que tú les hables modela su leguaje interno, es decir la forma en la que se hablarán así mismos. Por ello, si tú les dices “Gordita” o “Chaparrito”, aunque sea con mucho cariño su mente lo toma literal y lo entiende como un objetivo; créeme que hará hasta lo imposible para que sea como dices. Si no tiene obesidad pero le dices “gordita” de cariño y ella empieza a decirse de ese modo a sí misma, entonces su cerebro se encargará de que pronto lo esté, para que pueda cumplir las expectativas que le dicen al nombrar el apodo.
6. Invítalos a llevar una vida saludable
Con esto quiero recalcar una cosa muy importante: dar el ejemplo. Recuerda que “la palabras convencen, pero el ejemplo arrastra”. ¿Quieres para tus hij@s una vida saludable? Empieza tú primero. Sal a caminar, come sano, haz rutinas de ejercicios en casa, toma mucha agua, etc. una vez que empieces a cambiar tus hábitos, háblales constantemente de la vida saludable.
Evita palabras como: dieta, bajar de peso, adelgazar, etc. Mejor habla de: comer saludable, hábitos sanos, vivir sanamente, etc. Son conceptos distintos. De esta forma estarás preparando su mente para la vida saludable.
La dieta y el bajar de peso es temporal. Si te concentras solo en eso pronto aparecerá el temido rebote. Además este tipo de conceptos pueden influenciar la relación de tus hijas adolescentes con la comida y provocar trastornos de la alimentación.
7. Comer en familia
Hay muchos estudios que demuestran que comer en familia tiene muchos beneficios para los niños, entre ellos la disminución de la probabilidad de padecer obesidad.
Comer en familia es un momento de compartir experiencias e ideas y de hablar de cosas importantes. Pero sobre todo se convierte en un tiempo ideal para enseñar buenos hábitos alimenticios y buenos modales. Se pueden transmitir valores y costumbres al rededor de la mesa.
Revisa este artículo de El Universal sobre los beneficios de comer en familia.
8. Apaga las pantallas a la hora de comer
Si permitimos a nuestros hij@s comer frente a las pantallas, ya sea de la televisión, del celular, de la tablet o incluso frente a la computadora se forma para ellos un hábito muy dañino. El cerebro está distraído mientras come.
Comer distraídos hace que su organismo no mida la cantidad de comida que se ingiere e incluso genera insatisfacción. Todo esto les lleva a comer en exceso provocando problemas de salud, la obesidad siendo el más común de ellos. Además de que no se percatan de la cantidad de alimentos que comen, tampoco son conscientes de los sabores y texturas. Es más fácil que coman alimentos chatarras llenos de calorías vacías con altos contenidos de grasa y harinas.
Otro punto importante es la higiene. A lo mejor tus niñ@s se lavaron las manos, pero las pantallas NO se desinfectaron. Si no lo hiciste, miles de bacterias alojadas en la pantalla se pasarán fácilmente a la comida de tus hij@s sin darse cuenta y obviamente esto puede provocar otras enfermedades estomacales de consideración.
Ayuda a tus hij@s a ser conscientes de lo que comen. Ayúdales a crear hábitos sanos. No los dejes mirar las pantallas mientras comen.
9. Fomenta el ejercicio físico.
Cuando se realiza ejercicio de manera regular se liberan endorfinas, sustancia que aumentan el estado de bienestar y disminuyen la sensación de dolor emocional.
El ejercicio físico ayuda a la autorregulación, de manera que su práctica reduce la intensidad de emociones como la ira, la agresividad, la ansiedad y la depresión. De manera que un mejor estado de ánimo y una correcta autorregulación mejorarán en gran medida la relación que los niños tengan con la comida.
En general va a contribuir a llevar una vida más saludable.
Espero estas 9 claves te ayuden realmente a lograr que tus niños y niñas lleven una buena relación con la comida. Es muy importante si queremos que lleven un vida sana. Si te ha gustado por favor comparte a quien crees que le pueda ayudar.
Hasta la próxima.
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