¿Te has enfrentado a tus hijos en situaciones de berrinches en las que resulta complicado manejarlos, debido a que gritan, lloran, o patalean por alguna razón que parece inexplicable? En este texto te enseñamos a manejar los berrinches de forma efectiva.

A pesar de que se llevan a cabo medidas para que exista disciplina en casa, todos los niños en algún momento hacen berrinches y esto no quiere decir que sean malcriados.

En niños pequeños, es común este tipo de conducta, ya que aún no han aprendido a regular sus emociones, por lo que es trabajo de los adultos ayudarles a identificar la emoción que sienten en el momento así mismo el cómo darles solución.

La forma en cómo actuamos ante estos berrinches puede determinar si se generan conductas desafiantes o promuevan la independencia y seguridad en los niños.

¿Cómo manejar los berrinches?

Los padres frecuentemente se preguntan cómo pueden manejar estas situaciones si ya lo han intentado de todo. Aquí les dejamos algunas sugerencias para que puedan hacer frente a los berrinches sin lastimar la autonomía de sus niños.

1. Entiende el berrinche

En primer lugar, es indispensable entender el por qué del berrinche. Como se menciona anteriormente, los niños pequeños están en el aprendizaje de regulación emocional. Por lo que el berrinche es la única forma que encuentran de expresar lo que desean o no les agrada. Ahí radica la importancia de escuchar las necesidades del niño.

Así mismo pasa con los adultos, cuando nos enojamos o frustramos, generalmente, es porque una necesidad no se ha cumplido, ya sea por alguien más o por nosotros mismos.

Lo mismo pasa en los niños, al enojarse o frustrarse o incluso entristecerse, es debido a que tienen una necesidad que no está siendo atendida. Es por ello que, escuchar lo que el berrinche nos dice es fundamental para entender lo que sucede e identificar las emociones que el niño no está pudiendo manejar.

Entender el berrinche, cambia la perspectiva de lo que se observa, por lo que modificará nuestra forma de responder ante él. Al haber entendido el origen, nos coloca en una postura de empatía. Por lo que es probable que no terminemos desesperándonos con las muestras de enojo o frustración de nuestros hijos.

2. Empatía

Continuando con la empatía, una vez que entendemos el origen del berrinche, es necesario hacerle ver al niño que realmente entendemos lo que le sucede. Enviar este tipo de mensajes es posible si tomamos en cuenta algunas características.

Los niños tienen una estatura menor a la nuestra, si les hablamos desde lo alto el mensaje podría ser percibido como imposición o algo inalcanzable, solo para adultos.

Sin embargo, colocarnos a su altura, ya nos posiciona a un nivel empático con el niño y el mensaje llega de forma directa. 

3. Valida sus emociones

Como se ha mencionado, los niños pequeños aún tienen dificultades para identificar la emoción que perciben, por lo que es tarea del adulto ayudarle a identificarlo.

Esto lo podemos hacer validando lo que los niños sienten en el momento, es decir, utilizar frases como “entiendo que estés enojado en este momento” y validando aún más “es posible que si yo me encontrara en tu situación, me sentiría igual que tú”.

Esto además de que le da la pauta al niño para identificar la emoción, le brinda el mensaje de que las emociones que siente no son malas, todo el mundo las siente.

Revisa nuestro artículo sobre 6 claves para gestionar las emociones, te ayudará a lograr el objetivo de este tercer punto. Da click aquí.

4. Brinda alternativas de solución

Para que el niño adquiera una manera asertiva de manejar las emociones, hay que brindarles alternativas de solución a lo que sienten. Por ejemplo, cuando un niño desea tener un juguete que otro niño está usando en ese preciso momento, podemos seguir un proceso como el siguiente:

“Entiendo que puede ser molesto que el juguete que deseas lo tenga alguien más, yo me he sentido así en ocasiones. Pero, en lo que esperas a que tu amigo termine de jugar con él, puedes escoger otro juego o actividad.”

Este tipo de estrategias le brindan la posibilidad al niño de comprender que el juguete deseado llegará a sus manos en algún momento, por lo que el pensamiento deja de ser fatalista como “no tengo y no tendré el juguete que yo quiero”.

Por último, después de que el niño logra entender y controlar lo que le sucede, resolviéndolo con otras alternativas, es importante reforzar el esfuerzo que hizo, ayudándolo a identificar la diferencia que tienen sus resultados ante el cambio realizado y elogiarlo.

Siguiendo el ejemplo anterior, mostrarle al niño que puede divertirse incluso si el juguete que desea utilizar no está disponible, el tiempo de espera no es tedioso, así mismo, felicitarlo puesto que logró ser paciente y respetuoso.

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Pasemos ahora a la acción…

Te invito a tomar en cuenta los siguientes pasos cuando te enfrentes a un berrinche:

1. Indaga en lo que sucede realmente, qué te dice el berrinche de las necesidades del niño. 
2. Menciónale al niño cuál es la emoción que está viviendo en el momento para que la identifique.
3. Valida esta emoción, sin validar la conducta que está emitiendo en ese momento.
4. Bríndale alternativas de solución asertivas. Si el niño no está en posición de escuchar, dale un momento para tranquilizarse manteniendo la postura de empatía, puedes quedarte junto a él, mencionando que estarás ahí para ayudarle cuando esté más tranquilo.
5. Una vez que ha elegido una alternativa de solución y puesto en práctica, refuerza y elogia el esfuerzo realizado.

Esperamos que este artículo realmente te ayude a manejar los berrinches de forma efectiva. Si crees que este artículo puede ser de utilidad a alguien más, por favor compártelo y ayúdanos a que darle mejores experiencias nuestros niños.