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La técnica de las 4 preguntas para disciplinar efectivamente

La técnica de las 4 preguntas para disciplinar efectivamente

La técnica de las 4 preguntas para disciplinar efectivamente

Es increíble cómo tu enfoque cambia una vez que reflexionas estas preguntas  y las haces parte de ti.  A mi me han ayudado bastante, por eso he querido compartirlas.

Ha sido un proceso largo y no tan fácil, que ha requerido mucho esfuerzo y dedicación, pero ha valido la pena. He visto cambios impresionantes en mis hijas. Eso me motiva a seguir.

A continuación te comparto esta técnica de las 4 preguntas en las que ahora me enfoco a la hora de disciplinar y te platico cómo llegué a ellas.

1.¿Cómo me siento?

Me soñé siempre como una madre amorosa y muy paciente a la hora de corregir, con hijos que obedecieran a la primera y sin discutir, sin embargo,  no lo estaba logrando. La realidad era muy diferente.

Después de un largo proceso, incluidas lecturas de estudios sobre el tema, infinidad de libros e incluso un proceso terapéutico por fin me di cuenta de los errores que estaba cometiendo.

El primero y muy  grande era que reaccionaba en lugar de responder. Es decir, corregía desde la emoción y no desde la calma. 

Muchas veces estaba estresada o frustrada porque algo no salió como esperaba,  y si entonces mis hijas tenían un comportamiento no aceptable yo explotaba con facilidad. Incluso parecía que elegían el momento menos oportuno para portarse mal. Aunque luego me di cuenta que no era así.

Más bien era yo la que me encontraba indispuesta debido al estrés o la frustración que me dominaban, así que me alteraba con mucha facilidad, levantando la voz, o diciendo cosas que realmente no quería decir. El efecto.. pues como te imaginarás era similar en mis hijas, como yo estaba alterada, ellas también lo estaban.

La mayoría de las veces, lograba corregir la conducta en el momento, pero al poco tiempo se repetía, era agotador tener que repetir una y otra vez las cosas. 

Después de este proceso que te mencionaba y de mucho trabajo en mi interior, por fin fui consciente del error que cometía y sobre todo de cómo podía evitarlos.

Primero, me di cuenta de que corregía a mis hijas cuando estaba alterada o dominada por alguna emoción y eso me llevaba a explotar muy fácilmente. En ese estado es muy difícil ser paciente y educar con calma.

La verdad es que rara vez me percataba de mi estado emocional, sabía que algo no andaba bien dentro de mi pero no era consciente de qué se trataba realmente. Esa emoción no tenía nombre, no la aceptaba y sin embargo ahí estaba y me hacía reaccionar ante el más mínimo error de mis hijas. 

Podía fácilmente explotar porque yo misma ya estaba alterada. No era capaz de pararlo, simplemente levantaba la voz y aveces decía cosas que realmente no quería decir. Disciplinaba y corregía desde el enojo y no desde el amor.

Ahí fue donde me di cuenta de lo importante que es primero la auto-observación antes de abordar la conducta de nuestros hijos. Es de vital importancia echar ese vistazo al interior para revisar si estamos en calma, solo así podremos educar con respeto.

Lo que hago ahora es estar más consciente, más atenta a mis emociones, si me doy cuenta de que estoy alterada, simplemente les comunico que necesito un tiempo para tranquilizarme y me retiro. Regreso cuando estoy tranquila y ahora sí puedo tener paciencia y respeto para conectar y re-dirigir la conducta de mis hijas, teniendo así mejores resultados. 

2. ¿Por qué ha actuado así?

Empezar a hacerme esta pregunta antes de abordar la conducta de mis hijas me ayudó bastante para desarrollar la empatía, lo que considero clave para conectar con ellas antes de disciplinar.

Aprendí que siempre había una razón por la que ellas se portan mal, suena lógico ahora que lo digo, pero antes no lo había hecho consciente. 

“Los niños que se sienten bien, se portan bien.”
La técnica de las 4 preguntas

Una de mis hijas se sentía eclipsada por su hermana pequeña así que se comportaba mal con ella.  Otra no tenía límites claros porque yo no era consistente. Así que ambas se portaban mal, pero yo no veía la causa sino solo el comportamiento. 

Los comportamientos nos dan información sobre lo que hay dentro de los niños. Dice Jane Nelsen “Los niños que se sienten bien, se portan bien.” Cuánta verdad hay en esto. ¿Por qué un niño que tiene satisfechas todas sus necesidades y que además se siente amado se portaría mal? No hay lógica en esto.

Si tu hijo se porta mal, hay algo detrás de esa conducta. Y es tu tarea descubrirla. El mal comportamiento es solo la punta del iceberg. Si corriges solo el comportamiento y no la raíz del mismo, entonces la conducta se volverá a presentar. 

Es como si ante una infección, el doctor solo atacara la fiebre, es decir el síntoma, y no a la bacteria o virus que realmente es quien está provocando la enfermedad. 

Darte el tiempo para explorar qué hay detrás de la conducta de tus hijos es clave para atacar los malos comportamientos de raíz. Descubrir la raíz del problema realmente nos ayuda a corregirlo. Esto es una de las bases para la disciplina efectiva. 

3. ¿Qué le quiero enseñar a mi hijo?

Anteriormente, yo misma me enfocaba en disciplinar solo con un objetivo, el enseñarle a mis hijas que lo que estaban haciendo en el momento no era correcto y que pararan ya de hacerlo. 

Ahora veo claramente que cada vez que se portan mal o se equivocan es una maravillosa oportunidad de que aprendan una lección de vida. Que tengan la oportunidad de crecer y de crear nuevas conexiones neuronales que les permitan desarrollar su cerebro racional, de manera que éste guíe sus conductas futuras.

Es una oportunidad de que aprendan y practiquen la responsabilidad, el autocontrol, que aprendan a compartir, que aprendan a tomar sus propias decisiones, entre muchas otras habilidades cognitivas y sociales que las prepararán para su vida de adultas.

Elaborar esta pregunta para mi misma, me ayudó a normalizar el error y a verlo como oportunidades de crecimiento, pero sobre todo me ayudó a recordar el segundo objetivo de la disciplina, el objetivo a largo plazo, el que se queda con ellas toda la vida.

Así que te invito a hacerte esta pregunta antes de disciplinar a tu hijo: ¿Qué quiero enseñarle? 

La respuesta te guiará en el proceso. 

4. ¿Cómo enseñaré esa lección?

Una vez que ya sabes qué lección quieres que tu hijo aprenda, es importante determinar cómo será enseñada. Recuerda que hay formas amorosas y respetuosas de hacerlo, y que son incluso más efectivas, así que vale la pena considerarlas.

Esto lo entendí después de varios años de lucha interna. Debo confesarlo. Me costó trabajo incluir la implementación de consecuencias lógicas en la educación de mis hijas en lugar de castigos. Y ahora que lo hago he visto una desarrollo impresionante en ellas. Específicamente, las veo más responsables de sus actos y con mejor habilidad en la toma de decisiones. 

La técnica de las 4 preguntas. Ponerte a la altura de tus hijos te permite conectar con ellos.

Además de pensar la mejor estrategia de disciplina, debemos considerar también la etapa del desarrollo en la que nuestros hijos se encuentran. Les debemos respeto, y debemos ir a su propio ritmo. A veces les exigimos más de lo que su desarrollo físico, mental y emocional les permite. 

Lo que hago ahora es tratar de ingresar a su mundo, en lugar de atraerlas al mío. Me pongo a su altura cuando necesito hablar de algo importante o cuando quiero escuchar algo importante para ellas. Las abrazo más, incluso cuando estamos enojadas. 

Cuando se equivocan, las acepto …y sobre todo les pido perdón cuando me equivoco. Entonces veo cómo se iluminan sus caritas llenas amor y de compasión hacia mi cuando les expreso lo que siento. Eso nos ha acercado más, nos permite conectar y es entonces y solo entonces cuando podemos abordar la situación y les puedo ayudar a reflexionar sobre lo ocurrido.

Este ejercicio se complementa con un ejercicio práctico. Si quieres puedes descargarlo aquí o dando click en la imagen.

La técnica de las 4 preguntas para disciplinar efectivamente

Quizá lo que te comento parezca sacado de un cuento de hadas, donde los niños que se portan mal mágicamente corrigen la conducta y los padres siempre amorosamente logran conectar con los niños y corregirlos, pero no es así. Aunque yo pensaba lo mismo antes de empezar mi proceso. El corregir de una forma efectiva y amorosa me ha llevado muchos años, y sigo en proceso.

Yo… una mamá de temperamento colérico y. con baja tolerancia a la frustración que solía explotar fácilmente te lo dice… ¡Sí se puede!! Se puede educar desde el amor y el respeto, teniendo incluso  mejores resultados que con la crianza tradicional. Anímate a dar el paso.

Déjame saber en los comentarios cómo ha sido tu proceso. Platícame qué te han parecido éste artículo. Y sobre todo compártelo para que llegue a más personas a quienes les pueda ayudar.

Artículo que complementan este: Castigo duelo y no funciona Claves para conectar con tu hijo.

4 comentarios

  1. Gabriela-Reply
    15/08/2020 - 4:45 pm

    Querida Judith , muchas gracias por este articulo tan llegador , bueno sera porque me veo descrita cuando dices :mama de temperamento colerico y baja tolerancia a la frustracion. Asi soy y no veo la saluda de ese comportamiento mio. Hago mucho esfuerzo para no ser asi pero no lo logro. No logro conectar con mi hijo de 14 años , lo amo pero todo lo que hace me rebasa. Por que la mayoria lo hace mal solo le importa él y sus video juegos o telegono. Es un niño muy bueno , no es grosero pero no escucha. Se bloquea o me quiere bloquear para no hacer lo que debe hacer… saludos gracias por escuchar
    Gabriela

    • Lic. Judith López-Reply
      15/08/2020 - 7:49 pm

      Querida Gabriela. Gracias por compartir tu situación con nosotros. Te entiendo perfecto, me sigue pasando de vez en cuando, aunque cada vez es menos. Es un proceso que se va dando poco a poco y el que estés aquí capacitándote es un gran paso y un gran ejemplo. Se necesita mucho valor para reconocer lo que somos. Y cuando nos damos cuenta lo que necesitamos cambiar es cuando realmente podemos hacerlo. Tú ya estás en ese punto. has dado un gran paso y te felicito por ello. La etapa en la que ahora está tu hijo es donde los padres ya no toman el lugar principal como cuando eran niños. Ahora son sus amigos. Por eso quizá lo sientes un poco alejado, pero aún así hay varias cosas que se pueden hacer. Te recomiendo trabajar en la conexión. Tomen tiempo juntos. Acércate a su mundo, interésate por sus cosas, comparte con él tus sentimientos, y gánate su confianza para que te cuente los suyos. ¿Cómo le hacemos? Platicando. Algo que me ha funcionado con mi hija de 14 es en la noche preguntarle cómo le fue en el día, si no me platica, entonces le digo yo para romper el hielo. Me muerdo la lengua para no juzgar y no interrumpir jejeje. Te recomiendo, que hagan algo juntos, si le gustan los video juegos llega por ahí, interésate por alguno, para que eso los una. No se puede salir mucho todavía pero quizá puedan salir a tomar un café o ver una película juntos y así poco a poco establecer conexión. También quizá sea bueno trabajar en el reglamento y establecimiento de límites, eso me ayudó a mí para dejar de gritar y de ser la mala de la película siempre regañando. Establecimos un reglamento con sus respectivas consecuencias, de una manera muy visible para que se amás fácil de seguir. Espero te ayuden estas ideas, Seguimos para apoyarte en lo que necesites. Mucho ánimo, tú puedes.

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