Los niños y el Coronavirus
Los niños y el Coronavirus
En estos días de contingencia, nuestros pequeños están expuestos a información poco
comprensible para ellos. Escuchan información sobre el coronavirus y proviene de distintas fuentes.
Adultos que escuchan noticias y las comentan, compañeros de la escuela
que hablan del tema sacando conclusiones y las comparten, en fin, no podemos evitar que se
enfrenten a la ola de comentarios al respecto.
Este tipo de información que reciben tiende a ser parcial y subjetiva, y al no tener claridad de lo que sucede les causa temor, angustia e incluso
ansiedad en ocasiones tan fuerte como para presentar síntomas relacionados a la misma:
hiperventilación, sudoración, aceleración del ritmo cardiaco, pero sobre todo, pensamientos
repetitivos de contenido ansioso. Lo que puede afectar su salud mental.
Con todo esto no queremos decir que dejemos de informarles qué es lo que sucede, pero sí ayudarlos a
procesar la información de la mejor manera. Permítanme explicarlo con un ejemplo que sucedió en la escuela
en la que trabajo.
Los pequeños comentaban, mientras trabajaban, que el coronavirus era un
bicho que llegó de otro país, el cual si te picaba podías morir, había diferentes comentarios
tratando de explicar qué era el coronavirus y qué pasaba si “te picaba”.
Uno de los pequeños se acerca a mí y me informa de
lo que estaban comentando sus compañeros y que le causaba mucho
temor, pedía que hablaran de otra cosa. Sin embargo, él mismo no podía dejar el pensamiento de lado y
empezaba a temer de hormigas, insectos que vuelan y algunos otros que se presentan en el área
donde trabajamos ya que hay vegetación alrededor. Su ritmo cardiaco comenzaba a acelerarse,
por lo que fue necesaria una intervención que tranquilizara su pensamiento y bajara el nivel de
ansiedad que estaba presentando.
Dicha intervención consistió en centrarse en el presente, cómo se encontraba
en el momento, encontrar todas las pistas que le indicaran que se encuentra sano. Posteriormente,
centrarlo en las medidas generales que lo llevan a mantener una buena salud tales como comer
sano, tener buenos hábitos de higiene, hacer ejercicio, tomar suficiente agua, por decir algunos.
Después de ello, pregunté al niño cuáles de estas medidas ya está haciendo y para su sorpresa el
realizaba todas, entonces le ayudé a sacar su propia conclusión de que si está haciendo todo esto es muy
poco probable que se enferme.
Más adelante, les pregunté si saben qué es una enfermedad. Ellos me ofrecen una explicación
de lo que quiere decir enfermedad, y también me dan algunos ejemplos como la gripe, la tos, la varicela e incluso la
influenza. Entonces les pregunté si a alguno de ellos ya han tenido alguna de las mencionadas y claro que
todos han presentado alguna de ellas.
Les hice luego otra pregunta en la que comentaron qué hicieron en todos esos casos
para regresar a estar sanos, refirieron respuestas como ir al doctor, tomar medicamentos, comer
sano, tomar agua, descansar y otras medidas más.
Finalmente, reflexionaron sobre lo que hacen ahora para mantenerse sanos,
dieron respuestas como las que su compañero daba en su momento, comer
sano, hacer deporte, tomar alguna y buena higiene.
Concluimos en el momento, que efectivamente el coronavirus es una enfermedad
que como cualquier otra tenemos la posibilidad de hacer algo para prevenirla
y mantenernos sanos . Las personas que actualmente la padecen están
siguiendo indicaciones médicas que procuran regresarlos a un estado de salud favorable.
Los niños necesitaban una explicación comprensible para su edad ¿Qué es entonces el
coronavirus?. Pido a los niños que nos reunamos sentados en círculo para hablar del tema, escucho
la referencia que cada niño tiene acerca de lo que es, aclaramos algunas dudas, como aquella de que si
es un bicho o no.
Este proceso le ayudó a este pequeño a redefinir lo que en su mente estaba creando acerca de la
situación que vivimos, ayudándole a desvanecer los pensamientos ansiosos y cambiarlos por otros
más asertivos que lo enfocaron en las medidas de prevención necesarias. Lo que le permitió estar
tranquilo.
Además compartía con sus compañeros lo que había aprendido y si alguien le hacia
algún comentario preocupante, él podía responder con las medidas de prevención que pueden
tomar para mantener la salud.
Este tipo de estrategias, tienen base en la terapia cognitivo conductual y la terapia narrativa, en la
cual se busca un cambio de pensamiento que modifique las respuestas emocionales o
conductuales de la persona que las pone en práctica. Y aunque no seamos expertos en el área,
podemos retomar algunas estrategias para hacer frente a las respuestas emocionales que
nuestros hijos lleguen a presentar ante el tema del coronavirus.
Ideas para manejar el tema del coronavirus con los niños.
-
Pregunta qué sabe al respecto. Conocer las referencias de los niños, lo que han escuchado
en la escuela, en las noticias y las conclusiones a las que llegan nos ayudarán a entender
los pensamientos ansiosos que les causa la información con la que cuentan y por ende las
respuestas emocionales que les están provocando. -
Ayúdalos a relacionar conocimientos previos de temas similares. Es importante para que
los niños comprendan una información nueva, relacionarla con algo que ya conocen, esto
les ayuda a comprenderla de mejor manera, pues lo desconocido genera temor, incluso a
los adultos, puedes preguntar, qué son las enfermedades. -
Enfócalo en el presente. Los pensamientos ansiosos nos llevan a sacar conclusiones
fatalistas de un futuro que no ha sucedido, por lo que ayudar al niño a que observe su
realidad actual es importante, observen juntos las pistas que tienen que indican que posee
un buen estado de salud como si fuera un check list: tienes estornudos frecuentes, tienes
tos, puedes respirar con facilidad, hay dolor de garganta, hay deseos de jugar, no te cansas
con facilidad; esto le permitirá concluir cómo es su estado actual de salud. -
Repacen las medidas de prevención necesarias para mantener la salud. Pregunta al niño
qué puede hacer para estar sano, qué es lo que le han enseñado como lavarse las manos
ante de comer o después de ir al baño o después de jugar, comer sano, tomar agua, hacer
ejercicio. -
Revisen cuáles de estas medidas lleva a cabo. Este punto tiene la misma finalidad que el
tercero, enfocarlo en su realidad actual. Darse cuenta de lo que ya hace para mantenerse
sano es el punto clave para deshacer un pensamiento ansioso, y si aún le hacen falta
realizar algunas de las medidas preventivas, le ayuda a hacerse responsable de su salud
misma, sin la necesidad de que como padres estemos insistiendo en que las lleven a cabo. -
Muéstrate tranquilo y seguro. Lo más importante, y que no debemos olvidar, es que los
adultos somos quienes trasmitimos las emociones a los niños, si nosotros estamos
preocupados y temerosos, los niños entenderán que realmente hay algo que temer. Por lo
que es importante que al hablar con ellos podamos estar tranquilos y hablarles con
seguridad. Si te es complicado, puedes llevar a cabo cada uno de os pasos que realizarás
con tu pequeño para poder centrarte en el presente y deshacer los pensamientos
ansiosos.
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